Al preparar tu lienzo, un fondo coloreado puede cambiar por completo el aspecto y la sensación de tu pintura. En lugar de empezar sobre un lienzo completamente blanco, añadir color aporta profundidad y equilibrio a tu composición desde la primera pincelada.
El gesso es fundamental
¿Por qué no usar simplemente pintura acrílica para el fondo? La respuesta es la adherencia.
Mezclar pigmentos de color con gesso garantiza que las capas de pintura se adhieran mejor a la superficie, algo especialmente importante al trabajar con óleos. El gesso proporciona una base estable y absorbente, haciendo que tu obra dure más y luzca más vibrante.
Cómo los diferentes fondos cambian el color
Para ilustrarlo, probamos tres fondos:
- Gesso blanco
- Gesso blanco mezclado con ocre dorado
- Gesso transparente mezclado con ocre dorado
Incluso con una composición abstracta simple, las diferencias fueron claras:
- Los tonos rosados reaccionan de forma distinta según el fondo, pareciendo más cálidos o fríos.
- Los tonos azules contrastaban con el amarillo pero se veían más fríos sobre el blanco puro.
- Los espacios pequeños y los detalles ganaban profundidad y contraste al pintarse sobre una base coloreada.
El resultado
Al comparar una composición sobre blanco puro con una que tenía un matiz amarillo suave, la pintura con fondo coloreado se percibía instantáneamente más coherente y dinámica.