El inicio de la marca de lápices Bruynzeel
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos importaban lápices de Alemania, Austria y la República Checa. Después de la guerra, los lápices, así como muchos otros productos, apenas estaban disponibles. El gobierno holandés pidió a Cornelis Bruynzeel, que ya era un experto en el trabajo con madera, que comenzara a producir lápices para ayudar a restablecer el sistema educativo y mejorar las tasas de empleo.
El gobierno holandés lo ayudó proporcionándole divisas para comprar las máquinas necesarias en Estados Unidos. Pero… Bruynzeel tuvo que garantizar que podría entregar los lápices 6 meses después. Aunque Bruynzeel era un experto en madera, el negocio del lápiz era completamente nuevo para él. Esto causó algunos problemas al principio. Después de la guerra, los productos básicos escaseaban, por lo que, como no se disponía de los materiales adecuados, faltaba calidad.
Sin embargo, logró entregar el primer lote de lápices después de 6 meses. Después de este primer lote, la calidad de los lápices siguió aumentando debido a diversos desarrollos e innovaciones tecnológicas.